La mayor parte del consumo de cafeína se ingiere a través de otras bebidas que no son bebidas energéticas.

En su dictamen científico de 2015 sobre la seguridad de la cafeína, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) declaró que la contribución a la ingesta total de cafeína por parte de las bebidas energéticas es insignificante en los niños y reducida en los adolescentes. La mayor parte del consumo de cafeína en todas las edades procede, con diferencia, de otras fuentes como el café, el té, el chocolate y las bebidas de cola. Esto demuestra claramente que otros productos populares consumidos con mayor regularidad como el café, el té, el chocolate y las bebidas de cola, son los que contribuyen en mayor medida a la ingesta diaria de cafeína en Europa.